.La audición es un pilar fundamental en la salud de los adultos mayores


“Mens sana in corpore sano” ha dejado de ser una frase solo para jóvenes activos sino que hoy en día representa perfectamente la necesidad de los adultos mayores de 65 años que, para mantener ese equilibrio en su salud, necesitan que las capacidades corporales, la comunicación y la interacción social estén en perfecto estado.
En este sentido, la audición es un pilar fundamental.  Decía la escritora sordo-ciega HellenKeller quela sordera es el mayor de los infortunios, la pérdida del estímulo más vital, el sonido de la voz es el que nos trae el lenguaje que desencadena pensamientos y nos coloca en compañía intelectual entre los hombres”.  Este es el foco principal de los últimos estudios científicos sobre envejecimiento y calidad de vida. En este grupo de personas se demostró, precisamente, una relación directa entre la capacidad auditiva y la comunicación con la depresión y la demencia.
El Departamento de Otorrinolaringoloía y la División de Geriatría de la Johns Hopkins University, de Baltimore, Estados Unidos, analizó cómo el aumento de la edad trae aparejada la necesidad de un mayor esfuerzo cognitivo para mantener una conversación. Esto, asociado a la sensación de vulnerabilidad social y física que muchos mayores sienten, puede, según características personales y del entorno, generar depresión y aislamiento, disminuyendo la calidad de vida y agravando otros síntomas, como la demencia.  Además, el impacto de la hipoacusia no tratada puede generar daños asociados aún mayores, como la pérdida de autonomía, enojo y soledad.
En la Argentina, en los últimos años, hay un aumento de la expectativa de vida: se estima que para el 2030 los mayores de 65 años representarán el 18,3% de la población. Según la Organización Mundial de la Salud, en nuestro país, la discapacidad auditiva corresponde al 18% de las discapacidades, siendo el 86,6% dificultades auditivas moderadas, mientras que el 13,4% corresponden a hipoacusias neurosensoriales severas a profundas.



El camino hacia la solución
La buena noticia es que para el tratamiento de la pérdida auditiva entre leve y moderada disponemos en la actualidad de audífonos digitales programables y con variadas funciones de conectividad inalámbrica. En tanto, en los casos de hipoacusia severa a profunda, con mala discriminación de la palabra y cuando los audífonos ya no alcanzan, se puede recurrir a un implante coclear. Este procedimiento, autorizado por la Food and DrugsAdministration de los Estados Unidos en niños a partir del año, ha demostrado ser una gran herramienta en la rehabilitación auditiva y en la prevención de las consecuencias que su pérdida acarrea en los adultos mayores.
En este sentido, la literatura científica  demuestra mejorasnotables en la calidad de vida de los adultos mayores que usan implante coclear quienes, reintegrados al mundo del sonido, retoman sus actividades sociales, culturales y hasta laborales con total normalidad.
Conviene destacar que la indicación del implante coclear en este grupo debe hacerse teniendo en cuenta lo que se denomina factores predictivos de resultados, que evalúan datos como el tiempo de duración de la sordera, los restos auditivos que aún posee, el uso anterior de audífonos, entre otros. Estos factores tienen un valor predictivo superior que la edad a la que un individuo recibe un implante.

Por todo esto, hoy más que nunca, gracias al conocimiento científico y a los avances tecnológicos, debemos ofrecer a nuestros mayores una mente sana en un cuerpo sano.

Por *Dr. Luciano Mendonça *Especialista ORL, encargado del sector Otología y Audición del Htal. Cesar Milstein, CABA


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